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sábado, 4 de mayo de 2013

DISTOPÍA: DE LA NOVELA A LA REALIDAD



Lizbet Alejandra García Fonseca


Walter benjamín habla de la narración como una forma de expresión oral, artística, generacional (en ocasiones) y principalmente nos dice que nos deja una enseñanza o una moraleja; contrario a la novela donde lo que se busca es contar una historia ficticia que se apodera del lector por sus cualidades descriptivas y emocionales donde “lo que atrae al lector (...) es la esperanza de calentar su vida helada al fuego de una muerte, de la que lee”. (Benjamín; 1991). Por ejemplo en la novela de George Orwell, 1984, el personaje principal, Winston Smith, decide renunciar a los valores que divulgan los Ministerios que obedecen al “Gran Hermano” y vivir una vida de rebelión, lujuria y librepensar con lo cual corre el riesgo de ser descubierto por la policía del pensamiento y con gran seguridad conducirlo a la muerte. Desde que toma esta decisión inicia una carrera contra el tiempo esperando la hora de su muerte. Lo que Benjamín dice a esto es que la naturaleza del personaje novelesco “indica que el sentido de su vida sólo se descubre a su muerte.” (Benjamín; 1991) En la novela Winston constantemente piensa en el momento que será descubierto, torturado y llevado a su muerte.
La novela de Orwell tiene una estructura narrativa que puede considerarse como lo que Benjamín menciona en cuanto a la artesanía que requiere de la aplicación de varias y muy finas capaz. Además debe tomarse en cuenta que si bien las obras de Orwell son del genero de ficción no están muy alejadas de la realidad, en específico, 1984 que en su tiempo sería una obra futurista, en nuestros días no dista mucho de lo que sucede e incluso la idea de “el Gran Hermano” es retomada para las críticas al espionaje.
Benjamín habla de un desacuerdo entre narración y novela, “por un lado “sentido de la vida”, por otro “moraleja de la historia”: esas soluciones indican la oposición entre novela y narración, y en ellas puede hacerse la lectura de las posiciones históricas radicalmente diferentes de ambas formas artísticas.” (Benjamín; 1991) pero en la novela de Orwell encontramos el “sentido de la vida” ya que en estos días vivimos lo que Winston, estamos vigilados por el Estado, limitados por juicios de valor moralistas, estigmatizados por la sociedad y presionados por los estándares sociales; nosotros también buscamos el librepensar por el que Winston se arriesgó a perderlo todo para ganar la libertad de su mente y sus acciones, sin importar que por esa decisión perdiera la vida. Y por otro lado “la moraleja de la historia” que puede tener varias interpretaciones; una que al liberarse de la mentalidad impuesta por “El gran hermano” pudo darse cuenta de que todo lo que veía, oía y leía era una falsa realidad impuesta por los tres ministerios, un escenario similar al que vivimos con las teledicataduras y la apatía política; otra interpretación un tanto romántica es la de renunciar al conformismo de una vida estática y aburrida y arriesgarse a buscar lo que nos cause dicha y satisfacción aun sabiendo que por esa decisión perderemos algo; por último la traición que sufre Winston nos enseña que la corrupción, la debilidad y el engaño son parte de los seres humanos pero eso no debe desalentar la búsqueda de la verdad y las satisfacciones de la vida “no hay peor lucha que la que no se emprende”; debido a que la novela de Orwell se compone de varias finísimas capas muchas son las moralejas que se pueden encontrar y bueno como benjamín dice: “El arte de narrar radica precisamente, en referir una historia libre de explicaciones.” (Benjamín; 1991) y me refiero a libre de explicaciones en la medida en la que Orwell escribe una obra ficticia pero ligada a la realidad y con un trasfondo político que nos deja mucho espacio para la crítica y la reflexión. Así George Orwell rompe con este antagonismo que Walter Benjamín menciona hay entre novela y narración pues existe bastante sabiduría y verdad al menos en “1984” o bien “Rebelión en la granja”. Una verdad entre líneas que da calor a la helada vida de los que viven siendo espectadores.  

BIBLIOGRAFÍA
Ø  ORWELL, George, “1984”, Editores Unidos Mexicanos, México, 2008.




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